sábado, 8 de noviembre de 2008

Capitulo 5: La Tia Henrrieta

No se sentia muy tranquilo Neil. Después de todo si Mustard le habia dado eso caramelos para que lo llamen en señal de peligro, es por que proximamente habrá peligro. Estas inquietudes despertaban miedo en Neil pero a la vez le daban cada vez mas curiosidad. Queria llegar al fondo de todo el asunto

- ¡Neil, Baja querido, tu tía llego de visita! -.

Lo que le faltaba. Ya tenia la mente bastante ocupada y ahora debia bajar a escuchar su tía. Siempre lo utilizaba a Neil para contarle sus historias que nadie queria escuchar. Como de costumbre, el padre se encontraria frente a la chimenea, leyendo las noticias; la madre cocinando y el teniendo que estar escuchando parlotear a su insoportable tía. Las historias de la Tia Henrrieta no eran para nada entretenidas. La ultima vez estubo cuarenta y cinco minutos contando sobre como perdio su monedero y lo encontró dos semanas después.

- ¡Ya va mamá, dejame un segundo!
- ¡Apurate hijo, tu Tía te trajo un regalo muy...!

Pero Neil ya no escuchaba a su madre. Se habia quedado mirando fijamente la tarjeta donde las palabras de cada caramelo producian un destello de su respectivo color. ¿Que significaba lo que se encontraba al lado de cada color? No habia duda de que cada color era por cada caramelo, pero ¿Que se suponia que sucediera? ¿Que si se comia el verde se convertiria en medusa? ¿Si comia el violeta se inflaria como un Globo? No podia aguantar las ansias de abrir la bolsa y ponerse a saborear uno de esos caramelos. Abrió la bolsa y cuando estaba por introducirse el verde en los labios...

- ¡NEIL, BAJA DE IMEDIATO! -.

La voz de la madre resonó por todos lados. Tanto que hizo a Neil tirar el caramelo. Refunfuñando entre dientes, guardo el caramelo en la bolsa, guardo esta en un cajon y bajo de muy mala gana, bajo las escaleras.
Como lo habia predicho hacia cinco minutos, el padre frente al fuego, la madre cocinando y la tía llamandolo para que se acerque. Sin demostrar ni la mas minima gota de entusiasmo se acerco a su tia y le dio un abrazo desganado.

- ¿Qué es ese animo pequeño? ¿Quién murió? -

Neil se limito a sonreir.

- Bueno no importa. Mi visita tiene un fin muy importante, necesito hospedarme aqui durante la semana, estan fumigando mi hogar ya que encontraron varias alimañas -.

En cuanto Henrrieta dijo '' necesito hospedarme aqui durante la semana '', la olla que sostenia la mamá de Neil cayó al suelo y retumbo por toda la sala. No obstante, la tia zorda de Neil ni se percató.
La mama de Neil no era muy amiga de su hermana, nunca fueron las mejores compañeras.

- Sera un placer tenerte aquí - se notaba sierto nerviosismo en la voz de la madre - ¿pero no tienes nada de ropa?

- Ah! La ropa y lo que necesito me lo traerá mañana un camion que eh contratado -.

Bueno, ya explicado el motivo de su visita la tia, tomo a Neil por su hombro y lo tuvo media hora sentado a sulado contandole sobre como consiguio el sombreo que tenia puesto.

-¿Por que no le das a Neil su regalo?-
- Oh! es cierto. Toma querido esto estoy segura que servira de mucho en un futuro. Pertenecia a tu Tio.
La tia le entrego en las manos a su sobrino un paquete en forma de cubo cubierto por un papel de seda rojo. El niño lo abrio desesperadamente. En su interior se hallaban:
Un relicario con una foto del tio en su interior y un papel de un tono sepia producido por el paso de los años. En seguida reconocio lo que le habia dado. El joven beso a su tia en el cachete y subio a toda velocidad a su cuarto.