martes, 30 de septiembre de 2008

Capitulo 4: Los Caramelos

Las Descabelladas Historias De Mr. Mustard


Capitulo 4: Los Caramelos


Neil y Desmond no se tomaron la molestia de esperar a sus compañeros para el viaje de regreso, ambos tenían cosas que pensar. Caminaban a paso apretado, se notaba la concentración en la que se encontraba cada uno. Callados ambos, siguieron caminando hasta llegar al famoso callejón. Ambos se detuvieron. Una persona se encontraba parada allí parada, la cual encajaba con la descripción de Desmond. Estaba vestido con un elegante traje rayado rojo y blanco y una galera tambien rayada que hacia juego. En el lado derecho del pecho llevaba puesta una especie de rosa color violeta. Sobre su hombro cargaba un peluche con forma de mono el cual llevaba un tipo de gorro turco rojo.
- Es el - le susurro Desmond a su compinche - Es el que nos salvo la otra vez, ese tal Mr. Mustard
Las manos le temblaban a Neil. No podia creer el hecho de que se encontraba frente a la persona
que lo habia salvado la noche anterior. Persona que el nisiquiera conocia
El hombre, les dirigió la mirada y sonrió. Allí fue cuando Neil se estremeció y noto que su amigo también. Ninguno dio ningún paso más.
- Tranquilos chicos, no muerdo -. Dijo el sujeto reteniendo una risa
- ¿Mustard? -. Desmond parecía perturbado y a la vez seguro
- ¿Como que Mustard? Mr. Mustard Hay que tener respeto con sus mayores. Y les recomendaría que no anden por este callejón a altas horas de la noche -.
- ¿Quien Diablos Eres? ¿Por qué nos salvaste? ¿De donde nos conoces? – Preguntó Neil un poco alterado
- ¿Cómo que quién diablos eres? Me parecen que no son muy agradecidos que digamos chicos. Por si no se dieron cuenta les salve la vida-.
Neil se sonrojo y se disculpo. - ¿Pero por que nos has salvado?
- Todo a su tiempo amigo, todo a su tiempo. No faltará tiempo para explicaciones, eso te lo aseguro. Digamos por ahora que tuve mis razones-.
Los dos no sabían como reaccionar. Era la primera vez que lo podian ver claramente. Frente a frente, cara a cara.
- Oye atento Neil, tu tambien Desmond -. El niño sintio como un escalofro recorria todo su cuerpo - Si diganos señor -.
- Escuchen, yo no tengo un radar que detecte el peligro que los rodea -. A Desmond no le hacia ninguna gracia escuchar al tipo decir eso. - Ustedes tendran que llamarme. En tal caso yo acudiré -.
- ¿Y como se supone que te llamemos? Hasta el día de hoy no sabiamos que existias - dijo Desmond
- Buen Punto. Comanse uno de los caramelos que les di y acudiré -.
- ¿Cuales caramelos? No nos has dado ningún cara… - Desmond se callo cuando se metió una mano en el bolsillo de su pantalón y sacó de allí una bolsa con cinco caramelos redondos. Neil hizo lo mismo y descubrió que también tenía un paquete en su bolsillo. Cada uno de los caramelos tenía un color distinto. – ¿Como has pues…? -.
Pero Desmond no pudo terminar su pregunta. El sujeto no les dejó mas detalle a los compañeros. Mustard cerró los ojos, se quito el sombrero, hizo una reverencia y un segundo después desapareció dejando unas burbujas color naranja que reventaron rápidamente.
Ninguno de los dos chicos se movió de su lugar, ambos se encontraban atónitos. El tipo salía cuando quería, no daba explicación alguna y desaparecía así como así. Estas cosas no le cerraban a Neil e intentaba convencerse así mismo que todo ello no era cierto.
Al igual que como volvían desde el colegio, ninguno de los dos se dirigió la palabra. Ahora estaban aun más silenciosos que antes y agradecieron que ninguno de sus amigos los hubieran encontrado.
Cuando sus rutas se dividieron, no se saludaron, solo se cruzaron con las miradas. Los dos se sentian muy desconcertados. Neil abrió la puerta de su casa y subió las escaleras sin expulsar palabra alguna. Ignorando los saludos reiterados de su madre, entró a su cuarto, dejó la mochila sobre una esquina de su cama y se acostó en ella. Sacó de su bolsillo el paquete con los caramelos y se puso a examinarlos. Atada a una cinta de la bolsa, había una tarjeta muy parecida a la que habia visto en la mañana solo que esta tenia dibujos de cada caramelo y su color, y al lado, una palabra.


La lista decía lo siguiente:
ROJO: Tren
AZUL: Cartas
VERDE: Medusa
VIOLETA: Globo
AMARILLO: Bruja

Del otro lado de la tarjeta se encontraba lo siguente:

Dos padres y dos hijos fueron a pescar,
tres peces pescaron y tocó a un pez cada uno,
¿Como pudo ser?

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